Niños y niñas... habeis leido bien; comida de PADRES. De toda la vida de Dios el plural que denomina a un colectivo integrado por ambos sexos es el del plural de su homologo masculino. Es decir: si la comida es de padres y madres... con decir padres basta sin ser excluyente ni degradante para las madres. Es una norma que lleva contemplada en la RAE desde hace mucho tiempo y que las moderneces actuales no deberian cambiar. No se és más moderno ni mas democratico y mas progresista ni tan siquiera mas guai por saltarse esto a la torera. Gramatica elemental.
Hecho este inciso guerrillero (es que me arde la sangre cada vez que sale el tema) pasemos a lo que nos toca. Esto, señoras y señores, toca a su fin. Nuestros quintos cada vez tienen mas lejano su año de nacimiento y es el momento de acabar un ciclo y comenzar otro. Uno de los eventos sociales típicos de la ocasion son las comidas de padres. Reuniones alrededor de la mesa donde se puede pasar de los inevitables momentos remember ("ayyy como han crecidooo") a los consabidos homenajes mutuos y exaltaciones de la paternidad como coresponde. Como en el caso que nos ocupa ya de por sí la relacion entre el grupo de padres es excelente... pues el fieston esta asegurado.
Lo que (como todos nos imaginabamos) iba a ser un simple vermouth desembocó inevitablemente en una comida en toda regla donde viandas, vino, café y otros licores espirituosos desfilaron ante los comensales.
Hubo momentos de verdadera emotividad para con aquellos padres que nos dejan como colectivo escolar (por supuesto no como amigos, claro está). De la risa al llanto hay solo un paso.
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